Está en Tucumán, pero le habló a un poder cuya cabeza está a 1.200 kilómetros: la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El presidente, Alberto Fernández, inauguró esta mañana el nuevo edificio del centro judicial de Monteros, sin embargo le lanzó algunos dardos a un poder que está enfrentado al Poder Ejecutivo nacional.
Es lo que dejó traslucir el jefe de Estado cuando dijo que “la Justicia no es una corporación, es un poder del Estado, y como tal debe funcionar, poniéndose al servicio de la ciudadanía. Y, para eso, lo que tenemos que hacer es agilizar los procesos, garantizar los ámbitos donde los procesos se desarrollen, y garantizarles a quienes no pueden contratar un abogado que tendrán un servicio de defensa adecuado; y garantizar que los juicios serán, por sobre todas las cosas, imparciales".
Lo escuchó atentamente el ministro de Justicia, Martín Soria, un hombre más cercano a la vicepresidenta, Cristina Fernández, que al propio mandatario nacional.
Tal vez Alberto estaba rindiendo examen a distancia frente a su mentora a través de Soria, quien hace pocos días tuvo una reunión que no fue, aparentemente, en buenos términos con los miembros de la Corte ya que luego subrayó: “el funcionamiento del Poder Judicial es de una enorme gravedad institucional”.
En ese marco, el Presidente lanzó varias críticas hacia la Justicia, aunque elogiando la habilitación de los tribunales monterizos.
Es que los destinatarios estaban lejos. Es así como mencionó que hay que mejorar el servicio de justicia en el ámbito federal, que la justicia lenta no es justicia; y cuando reflexionó que se necesitan reparar los conflictos que se dan en la sociedad con velocidad “y en ámbitos de buena calidad”.
En Tucumán, Alberto encontró un marco apropiado para decir lo que piensa de la Justicia como abogado y conocedor de ese ámbito, pero sus palabras deben leerse entrelíneas, porque están dirigidas a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con la cual la relación institucional viene desarrollándose en duros términos políticos.
Y el kirchnerismo, como se sabe, tiene a la Justicia en la mira, porque la Justicia tiene en la mira a Cristina. Una pelea política a largo plazo, como los plazos de la Justicia.